Una orden religiosa de monjes benedictinos empezó en 1509 a construir en el corazón de Palermo una iglesia y un convento dedicados a Santa Maria dello Spasimo, pero las invasiones turcas paralizaron unas obras que la historia nunca dejó concluir, dejando tras de si unas misteriosas ruinas que hoy sirven de escenario para espectaculos.

Nuestra Señora de las Angustias llamada en italiano Santa Maria dello Spasimo alcanzó gran fama dentro de la veneración religiosa en Sicilia. Tanto que un adinerado abogado palermitano llamado Giacomo Basilico, compró unas tierras para construir un convento y una iglesia para honrar a la virgen. Tal fue su devoción que para decorar el altar mayor de la iglesia encargó el cuadro renacentista de Rafael Sanzio «El Pasmo de Sicilia» importantisima obra que hoy puede verse en el Museo del Prado de Madrid.

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Antes de ello, en 1509 comenzaba a construirse Santa Maria dello Spasimo, del que tan solo llegaría a concluirse el convento. Las invasiones turcas obligaron a destinar el dinero con el que iba a terminarse la iglesia, a realizar un foso y unas murallas defensivas que protegieran Santa Maria de las tropas bárbaras. Decadas despues cuando finalmente la iglesia fue concluida el techo se hundió y no pudo ser reconstruido dejando el aspecto actual.

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El convento finalmente fue adquirido en 1573 por el Senado de Palermo, iniciando así una larga lista de usos que incluyen los de teatro público, sanatorio contra la peste negra y ya en el siglo XX hospital militar y hospicio para indigentes.

A principios de los ochenta el estado de degradación del convento era tal que los vecinos de Palermo se movilizaron para salvarlo, consiguiendo que los restos conventuales que eran el hospicio se convirtieran en centro cultural y que el esqueleto de la iglesia fuera el fascinante escenario para eventos musicales o teatrales.

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